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01 l "Convido a mis lectores a que entren conmigo en el claustro del convento de los padres Capuchinos de esta ciudad de Pasto; ·ahí les mostraré dos santos canonizados por la Iglesia, que no son de la opinión de los de la carta y de su compafiera de Citolegia. Fijémonos, primero en este cuadro que representa una batalla rei'iida entre el ejército cristiano de Austria y los fieles turcos; en medio de la pelea vemos a un religioso capuchino, que con los ojos centelleantes y una cruz en la mano, alienta a los soldados cristianos. Este capuchino es un Santo, es San Lorenzo de Brindis. Vamos al otro cuadro; ahí vemos correr en derrota un ejército de herejes, y son protestantes rebeldes, que se habían alzado en armas contra su príncipe legítimo, el archiduque de Austria, para alcanzar lo que llamaban "libertad religio– sa", libertad que consistía en quitar a los católicos sus templos, sus bienes y su culto. Esos herejes corren derrotados, porque vieron aparecer en el cielo a S. Fidel de Sigmaringa, a quien habían quitado la vida poco antes. Este Santo Capuchino, con la espada en la mano, animó a los católicos y aterró a los protestantes, de modo que la victoria quedó a los defensores de la Religión. Ambos santos Capuchinos, lejos de creer que es locura defender el Evangelio con el rifle y la espada, animaron a los defensores de la Religión, les dieron valor y victoria; pues yo prefiero ser de su opinión, y no seguir la de la carta liberal de !barra". Op. cit. p. 286. < 12 l Op. cit p. 320. < 13 > CLEMENrE DE TuLcAN, Historia del Convento de Capuchinos de /barra; sin editorial, p. 12. < 14 ) Op. cit. p. 33. < 15 l Op. cit. p. 62. < 16 ) Vale la pena transcribir el telegrama que recoge Wilfrido Loor sacado de la publicación "El Día", publicado por Petronio el 24 de octubre de 1929: "Telegrama de Tulcán -marzo 3- Excmo. Señor: Por un telegra– ma que ayer recibí de !barra sé que ha llegado a esa ciudad y que ha de pasar a Quito, con plena autorización de V.E., el R.P. Alfonso, Superior de los Capuchinos que residen en la vecina República de Colombia. Ignoro el asunto que pretende tratar en Quito ese Padre; pero si acaso le pidiera a V.E. permiso para que los Capuchinos regresen al Ecuador, le ruego a V.E. que no condescienda con semejante pretensión. Si V.E. condescendiera con el regreso al Carchi o Imbabura, hará con solo eso 34

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