BCCCAP000000000000000000011241

actualidad aún hoy por haber calado hondo en la intuición que profundizó sus raíces en aquellos años y por el compromiso apostólico que marcan: La, opción cristológica por el pobre. De ahora en adelante éste será el caballo de batalla de todas nuestras diferencias fundamentales, como lo será para el resto de la Iglesia, de las Ordenes y congregaciones religiosas. La importancia histórica de aquella exposición estriba en que su contenido no es precisamente la ponencia escrita de una per– sona sino "el fruto de la reflexión de la Viceprovincia que duró dos años... pero que ya llevábamos cuatro años cuestionán– donos" 26 • ·Son de esta época las fraternidades de trabajo (Guayaquil), de contemplación (Playas), de inserción (Alcedo). Caminos que se intentan abrir por fidelidad a los signos de los tiempos. En la Zona Noroccidental del Pichincha se organiza todo un plan de evangelización y promoción humana, las comunidades con catequistas populares, líderes seglares, cooperativa de desa– rrollo y crédito, cursos de formación con Mons. Leónidas Proa– ño... En Ayacucho, Manabí, un hermano está entregado con alma, vida y corazón al servicio pastoral y promoción humana del pueblo. En Tulcán, Carchi, otro hermano organiza la construc– ción de casas a un costo muy popular. En el Oriente nuestros hermanos enfilan sus baterías a servir a las minorías étnicas. Más tarde, Alejandro Labaka y la hermana capuchina Inés Arango morirán en manos de una de ellas. No podemos olvidar el trabajo popular que algunos de nuestros hermanos han realizado con la Tercera Orden Franciscana. Tra– bajo no sólo de esta época. Los capuchinos se distinguieron por este apostolado en el que antiguamente llegaron a formar en Imbabura y Carchi a cinco mil Terciarios (Fuente: padre José Antonio Recalde). En las parroquias se trabaja con el ánimo de formar Comuni– dades Eclesiales de Base, grupos, catequistas seglares. 25

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz