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que anega el alma en celestial amor! Un Dios potente hasta albergarse llega en mi tan pobre y estrecho corazón. Coro: Yo nada anhelo; yo soy feliz El Rey de lcielo ya mora en mí (bis). Yo soy de Dios: el cielo me contempla y el serafín que viene a mí veloz halla mi 'pecho en templo convertido, donde el Eterno fija su mansión. Yo soy de Dios: la sangre• inmaculada que de una Virgen cái:idida tomó, ¡Oh,, gran prodigio! con mi sangre llega hasta m .ezclarse en misteriosa unión. 45 ARDIENTE SOL DE GRACIA 1. 0 Ardiente sol de gracia, Oh celestial maná, derramas sobre el alma ríos de gozo y paz. Infundes nueva vida , al mísero mortal; a su alma das deseos del reino celestial. Cual encendida rosa se ve en mayo brillar, haz en mi alma rendida brillar la caridad. 23