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l -85- EI cadáver, acompafíado de las lágrimas de los re– ligiosos y adornado de flores, fué colocado delante de la imagen de María en la capilla votiva. El 24 de Abril se hicieron \os funerales con un con– curso enorme de gente. Formóse luego un cortejo in– numerable de hombres, mujeres, sacerdotes y religio– sos y desfilaron todos por la plaza acompafiando al Siervo de Dios a su última morada en el sepulcro de los religiosos. Bien pronto se estableció allí una conti– nua procesión de devotos que iban a pedir gracias. Con el ffn de que el acceso a aquel lugar fuese más fácil , hízose en 1912 el reconocimiento de su cuerpo que fué colocado en la iglesia de Sta. Ana. Desde aquel día la tumba del Santo no ha estado jamás desierta y, como muchos afirman haber recibido favores·y gracias, su devoción ha traspasado los confi– nes de Baviera. En 1914 se inició el proceso de beatificación. En 1924 tuvo lugar la introducción de la causa y después de un proceso rápido, hasta entonces desconocido, fué beatificado el 15 de Junio de 1930 y por último canoni– zado después de cuatro afíos el 20 de Mayo de 1934. Diez afíos exactos desde la introducción de la causa. El humilde portero que supo glorificar a Dios con 40 años de vida oculta y abnegada en el santuario de Altoetting y pasó casi desconocido en medio de los hom– bres, recibe ahora el sello de la más alta glorificación sobre la tierra, por mano de esa Iglesia que es la única que sabe ensalzar dignamente a los hombres.