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-59- -Hija, ya te basta el cilicio de la pobreza. Serás feliz si sabes llevarla con paciencia. Una niña de 13 años, Francisca Niedermaier, ñatu– ral de Parzham, viene a visitar con sus padres el san– tuario de Altoetting. Preguntan también por nuestro Santo, quien complacido al ver a stis conciudadanos se fija de modo desusado en la niña y le pregunta son– riente: -¿Cómo te !Jamás? -Francisca. -¡Qué nombre tan bello! Es el de una religiosa. Serás monja. A esta profecía la muchacha, que no quiere ni oir hablar de monjas, es presa de un gran temor y ruega a sus padres que te lleven de allí inmediatamente, conci– biendo una aversión más viva aún a la vida religiosa. Pero a los 26 años entra rel:giosa entre las Damas in– glesas en Burghansen. Otra joven quiere entrar también entre las mismas pero su padre se opone a ello. Entre tanto ora con celo sin cesar, pero no obtiene cosa alguna. Recurre enton– ces al Santo quien le responde: ---:Entrarás en el convento aunque ahora no lo per– mita tu padre. No ceses de orar. Pasa algún tiempo y el permiso no se hace esperar. Er. el valle de Rott se había introducido lá herejía de los Católicos Viejos y no pocas familias se habían contaminado con ella. Un día se presenta al Santo una señorita resuelta, católica ferviente, y le dice:

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