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-20- que nadie le interrumpa. Entre las estampas prefiere las de la Pasión que reproducen ante sus ojos las dolo– rosas escenas de su Amor Crucificado. Poco a poco va desarrollándose en él el hambre del pan eucarístico, por lo que procura asistir con frecuen– cia a la misa en Weng y alimentarse con las carnes in– maculadas de Jesús. Para confesarse va hasta Birnbarck a una hora de camino . El amor a María le hace a veces prolongar el camino para visitar el santuario de la Virgen de Altoetting, célebre en aquella región y al que profesa una singular devoción. Hasta parece que una vez llegado no puede se– pararse de él. Diríase que la Virgen le dice al corazón: -Quédate aquí, esta es tu casa. Y cuando parte, no puede saciarse de volverse para mirarla. Cuando va de camino, si alguno le acompaña , suele invitarle a rezar el rosario o bien guarda silencio. El espíritu de piedad, de que abunda su alma, y el deseo de progresar en el conomiento y amor de Dios , le hacen inscribirse en todas las Cofradías de Parzham y sus contornos, y viste el hábito de la Orden Tercera de S . Francisco profesando su Regla en 1842.