BCCCAP00000000000000000001226

76 Vida del P. Adoain se refugia.ron sólo atendían a su negocio, esto es, a hacer dinero, sin reparar en la injusticia de los medios que emplea– ban, ni en otras cosas peores. Dando cuenta el General Tacón en una Memoria del estado de la Isla en el tiempo que tomó el mando de ella, que fué por Junio de 1834 afirma que an -crecido número de asesinos, ladrones y pillos circulaban por las calles de la Capital, matando, hiriendo y robando , no sola– mente en las horas de la noche, sino también en pleno día y en las calle8 más públicas y concurridas ... Los vagos eran numerosísimos y muy excesivo el número de los que ganaban . su vida por medio de toda clase de estafas. Aunque muchos ·Generales que fueron allá de Gobernadores, trabajaron incan– sables por corregir semejantes abusos, nada o muy poco fué lo que consiguieron, pues sabido es que la fuerza militar y ,política es impotente para causar hábitos de moralidad en el ,pueblo cuando falta la Religión, que va derechamente a refor– mar las conciencias, base de todo acto humano. »Pero en el concepto relig·ioso era todavía más desconsola– dor el cuadro que presentaba la desgraciada Isla. Sustraída al influjo de las Misiones extranjeras, que iban a los Estados Uni– dos y a otros puntos del continente americano. por estar pues– ta bajo el patronato de España, y en ocasión en que los Institu– tos Religiosos, entonces más que nunca necesarios, habían sido suprimidos en la madre Patria; pl'ivacla la capital de Cuba de su legítimo Pastor, desde 1824, a causa de las perturbaciones po– líticas; desposeída casi enteramente de clero indígena, ora por escasez de vocaciones eclesiásticas en un pueblo naturalmente muelle y dado a la holganza, ora por la falta de organización -en el Seminario y por la penuria de los recursos materiales, la Religión estaba casi por completo abandonada, apenas se tenía -conocimiento de los principios fundamentales de ella, y sin ideas ni principios religiosos, vivía el pueblo entregado a sus brutales pasiones, sin freuo, sin ley. ni temor de ulteriores -castigos. Para formar idea de lo desmoralizada que estaba la Isla por aquel tiempo, baste saber que de 120,182 bautismos ,celebrados en la diócesis de la Habana, desde 1842 a 1846 ,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz