BCCCAP00000000000000000001226

CAPÍTULO IV Su apostolado en Cuba (1849 a 1851). I. El siervo de Dios es enviado por su Snperior a la Habana.-II. Pasa de la Habana a Santiago ele Cuba.-III. Estado moral y religioso en que se hallaba la Isla de Cuba en aquel tiempo. I Luego que hubo estallado la revolución en la República de Venezuela, tomó el Gobierno para con nuestros religiosos dos medidas que son de rigor en estos casos, a saber, prohi– birlés vivir en Comunidad y vestir el santo hábito, quedando por lo tanto dispersos y vestidos de traje talar, como los demás clérigos del país . Mas nuestro P. Esteban fué expulsado del país por el gran crimen de haber predicado en la iglesia de San Francisco de Caracas un apostólico sermón contra el torpe vicio del concubinato, sermón de que en otro lugar nos hemos ocupado . En vista de todo esto, fué comisionado por el M. R. P. Ramón de Murieta, que era Prefecto de aquellas Misiones, para que sin pérdida de tiempo pasara a la Habana, a fin de ver si potlía fundarse o establecerse en aquella Isla una casa o colegio de misioneros, a donde pudieran trasladarse los que estaban exclaustrados en Venezuela, y en donde pudieran dedicarse con más libertad a su Apostólico Ministerio. Con este objeto embarcóse en Noviembre del año de 1849 en el puerto de La Guaira, en unci g·oleta, con dirección a Curasao, en donde per– maneció todo el mes de Diciembre, convaleciendo de unas malignas calenturas que son endémicas en aquellos países.– El día 10 ele Enero del siguiente a110 ele 1850 volvió a embar– carse en Curasao para la Habana, en una barca norteameri– cana, en la cual al poco tiempo supo captarse las simpatías de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz