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Sn apostolado en Venezuela 67 -En la Catedral, en la Concepción, en las Carmelitas y -en San Francisco. -En sus predicaciones ¿,ha mezclado V. palabras contra el Gobierno de Venezuela? -Señor, aquí debo yo responder como Jesucristo a los -escribas y fariseos: Ego JJ(tlani locutus sum vobis, et in occulto .loc1ttus sum nihil (I). El interrogador, enfurecido con esta inesperada respuesta, ,dijo con tono agrio y bruscos modales: -¿Con que es decir que V. es Jesucristo y el Gobierno de Venezuela los escribas y fariseos? -Lo que he dicho es que soy ministro de Jesucristo; y de usted no digo nada. Montó en cólera el señor Ministro del Interior, y saliendo furioso de aquel sitio, fué a serenarse un poco en la habitación -contigua, pues la presencia del P. Esteban le des~oncertaba grandemente. Volvió otra vez al poco rato a reanudar el inte– nogatorio, pero no obtuvo más respuesta que la de antes. -Yo he hablado púb licamente de la doctrina de Jesucristo, -como Él lo hacía. Viendo el Magistrado, señor Yepes, que no obtenía resul– tado su compafiero, preguntó al acusado: -¿,Qué es lo que públicamente ha predicado V.? A lo que contestó el P. Esteban como Jesucristo al Pon– tífice Caifás cuando le preguntaba de sus discípulos y de su -doctrina. -Preguntad a los que me han oído, que son □ás de tres mil. -¿,No quiere V. responder a la preg·unta que le hago? -Qnod dixi, dixi-y no se separó de las palabras del Evangelio. Entonces dijo el Ministro: -Reverendo Padre, si no conttista V. categóricamente a la pregunta del Gobierno de Venezuela, éste tomará contra usted medidas muy severas . (1) Está tomado de la respuesta que dió Jesucristo a Caifás.

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