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58 Vida del P. Adoain En este estado las cosas, como viera que el Supremo Gobierno de la República no se preocupaba poco ni mncho– de enviarles socorros ni instrucción alguna respecto de su modo de proceder con los indios, y observando, por otra parte, que mientras no se reglamentasen las relaciones de los indio& con los blancos no se podía dar paso alguno seguro en su reducción, resolvióse a publicar de acuerdo con su compañero las órdenes siguientes:=«Como Misioneros encargados por el Supremo Gobierno ele la República ele Venezuela para la reducción de los indígenas de San Antonio de Guachara (vul– go el Palote), ele Corocoro, Magdalena, Barandul y Trinidad de Orichune hasta los chiricoas llamados bravos.=Se hace– presente a los Corregidores, Gobernadores, Capitanes, etc. de– todas nuestras Misiones, que so pena de ser removidos, obser– ven y hagan observar lo siguiente: l.º Que no dejen entrar en las Misiones a ning·ún mercader o revendedor sin nuestro permiso. 2.º Que los que tienen que cobrar se presenten con sus listas para que los Misioneros sepan lo que cada indio– debe. 3. 0 Que si publicada esta orden, no obedecen, quedan los dichos Corregidores... facultados para arrestarlos y pre– sentarlos a los Misioneros. 4.º Cualquiera indio que venda sus. propias cosas o las de su chocita sin nuestro consentimiento, será puesto en el cepo y no se le soltará hasta que manifieste– al comprador, y éste, siendo racional, pagará dos pesos de mul– ta. 5.º Que ninguno tendr,í. indios con pretexto de educarlos sin nuestro permiso. 6.º Que todos los que quieran tenel' indios para su servicio acudirán a los Misioneros para que los. concierten y sepan lo que cada indio gana o al mes o al año . 7,º Que cualquiera indio desde el momento en que se convier– te se sujeta a la ley y goza de las garantías que la misma. concede como ciudadano». Para conocer cuán necesarias, prudentes y acertadas fue-– ran estas medidas encaminadas a impedir el escandaloso– comercio que hacían con los indios los comerciantes que con ellos traficaban, baste tener presente lo que nuestro Misio– nero nos dice y ya hemos consignado antes, es a saber, que-