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Su apostolado en Venezuela 37 V Después de haber estado unos días en Caracas, Ealió de la ,capital en Compañía de los mencionados Padres el día 11 de Marzo de 1843 para dirigirse a la misión (1). Pasando por su pad:oquia ele Parapara con el P. Julián, se detuvieron en ella durante ocho días, a fin de satisfacer la devoción ele sus antiguos feligreses, pues todos querían confesarse con ellos por última vez. Viendo que a pesar de estar los ocho días completamente ocupados en oir confesiones, no podían termi– nar su tarea, se decidieron a partir el 24 por la tarde, des– arrollándose con este motivo una ternísima escena, porque se Uenó la casa en que se hospedaban, la entrada y la calle de un gran gentío que gritando a voces suplicaba al Padre qtrn no se fuera y los abandonara, y por más que para consolarlos les presentaba al párroco, que ya estaba en el pueblo, no había modo de conseguir que cesasen de llorar y dar g·ritos descom– pasados ele pena y tristeza. Cuando montó a caballo para emprender su viaje, todo el pueblo se arrodilló para recibir su última bendición, despi– diéndose ele él con lágrimas en los ojos. El mismo día llega– ron a un pueblo l.lamado Ortiz, en donde estaban dando una misión con mucho fruto los Padres Guillermo e Ignacio. De aquí salieron los cuatro para Calabozo, a donde llegaron el 28. Empezaron a dar en este pueblo una misión, a ruego de varios señores, pero como observaron que el fruto no correspondía a sus trabajos, a fin de no perder el tiempo, fnéronse a Trinidad, que había siclo antigua misión de Capuchinos, recogiéndose abundantísimo fruto con sólo predicar dos sermonas. El día 6 de Abril llegaron a San Fernando, población perteneciente a la provincia del Apure. Como era tiempo de Semana Santa, los (1) Dos meses duró este viaje hasta llegar al lugar de los indios sal– vajes, deteniéndose en los puntos por donde pasaba a predicar la divina palabra y a recibir a los pecadores en el tribunal de la Penitencia.