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414 Vida del P. Adoain P. Esteban ha dejado trazadas sobre la tierra y sobre el mar, puede formarse un mapa geográfico de más extensión que el formado por los viajes de Pablo en Asia y en el Mediterráneo. Con razón, pues, con perfecta razón podemos llamarle Apóstol y venerable como enviado de Dios para evangelizar al mundo. Nosotros no hemos sido testigos de esa carrera dudosa de trabajos y de triunfos; pero hemos presenciado los últimos pasos de ese viajero celestial sobre la tierra. Descansaba en Francia, descansaba no, misionaba trabajando noche y día predicando en los Bajos Pirineos, cuando halló una ocasión de penetrar en Navarra, su querida patria, y tras una ausencia de casi medio siglo, el P. Esteban estuvo otra vez entre los suyos y resonaba su potente voz en los valles que le habían visto nacer. Su aparición en Navarra fué como presagio de mayor ventura, y poco después ese mismo Padre Esteban se instalaba al frente de una comunidad en su con– vento de Antequera. De allí vino primero a misionar en esta ciudad de Sanlú– car, después a tomar posesión con su comunidad del convento de Capuchinos. Tres años escasos y con frecuentes ausencias ha vivido entre nosotros; y en ese brevísimo tiempo hemos tenido ocasión de observar de cerca su vida, sus costumbres, su celo, su caridad, su incesante trabajo en la viña del Señor. Blanqueaba su cabeza, se extendía sobre sus escapularios su barba de nieve, pero nada fuera de esto acusaba al anciano de 73 años. Su fortaleza se sostenía erguida como una figura bíblica, su paso firme, su inteligencia fresca, su corazón vir– gen. Como si jamás hubiera trabajado, como si hubiera llegado al campo de las tareas evangélicas a la hora undéci– ma, se afanaba en la predicación sin cesar día ni noche en la obra de las misiones. Del púlpito al confesonario, del confesonario a la oración y al recogimiento, con una comida frugalísima, insuficiente para reparar sus fuerzas, parecía que una virtud sobrenatural le animaba y le sostenía. Su predicación era sobremanera sorprendente, sencillo el

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