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--·-- r Sii apostolado en Espafw 383 llama. A continuación el Rosario, cánticos preparatorios, punto doctrinal, el Santo IJios cantado, el sermón moral con el acto de contrición, terminándose con el Perdón, oh, IJios mío ... , y regreso de los Misioneros, acompañados de todo el auditorio a la casa de la misión, donde se hacía desde el balcón un breve epílo 5 o del sermón, bendiciendo al final al pueblo con el santo Crucifijo. El último día, que se procuraba cayese en algún día de fiesta, Comunión general muy solemne, y por la noche expo– sición de S. D. M., sermón de despedida, Te IJeum, reserva y bendición de medallas, rosarios y crucifijos. Al despedirse los Misioneros del pueblo ordinariamente éste los acompañaba en masa hasta el límite o término del pueblo inmediato con aclamaciones, vivas y vítores. Aunque en toda esta larga relación de las misiones del Padre Adoain y de las conversiones que con ellas hacía, he– mos visto palpablemente la eficacia que la gracia de Dios daba a la palabra de este apostólico Misionero, queremos, en comprobación de esta misma verdad, aducir el nuevo testi– monio que nos suministra su compañero de misiones en Anda– lucía, el mencionado P. Artajona. En Mayo ele 1880, último ele su vida, hallándose muy en– fermo y con las piernas inflamadas, recibió carta del reveren– dísimo P. Llerena, Comisario, en que le decía: «Padre Esteban, me piden de Sevilla con empeño que predique V. H. la novena de la Divina Pastora.» Como para él la simple indicación del Superior equivalía a un mandato, la predicó. El que nos refiere este hecho y el P. Leonardo ele Destriana hallábanse predi– cando una misión en Mairena, y recibieron obediencia para ir a Sevilla con el fin ele ayudarle a confesar, después de termi– nada aquélla. Fueron, en efecto, la penúltima tarde de la nove– na, y oyéronle el sermón, que versó sobre las confesiones y comuniones sacrílegas, por callar pecados por vergüenza en la confesión, en el cual no estuvo, al parecer de sus. hermanos, tan acertado y afortunado como de ordinario, sino que había desmerecido mucho de lo que se esperaba de él y de la opinión