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378 Vidct del P. Adoain cuanto digno y virtuoso señor Arcipreste D. Francisco Rubio, decidido protector de todo lo bueno y, singularmente de la Orden Capuchina, y elocuente orador sagrado. de lo cual dió una prueba en la Oración fúnebre que predicó de este nuestro insigne Misionero; ambos respetabilísimos señores tomaron muy a pechos esta fundación de los Capuchinos, que, por fin, se llevó a cabo algunos meses después ele la ele Antequera. En el mes ele Septiembre ele este mismo año volvió nues– tro P. Esteban ele Antequera a Sanlúcar a preJicar un Septe– nario Doloroso acompañado del P. Pedro de Castejón, y en breves días se reunió toda la cantidad de más de 40,000 pese– tas que exigía su poseedor, siendo uno de los que más coope– raron a esta empresa el señor Conde de Aldama, nombrado después Síndico del Convento, amén de otros buenos católicos y piadosas señoras ele dicha población. Hechos los reparos necesarios del edificio del antiguo con– vento, inauguróse solemnemente la instalación de una peque– ria Comunidad compuesta de algunos religiosos que habían venido del conv;mto de Antequera, entre los cuales se hallaban el Rvdmo. P. Comisario Apostólico y el P. Esteban, Guardián del convento de Antequera, y algunos venidos de América. Con este motivo celebróse una solemne función religiosa en la humilde iglesia del convento el día 30 de Novielr!bre de 1877, ,, oficiando de preste en la Misa, el señor Arcipreste Licenciado D. Francisco Rubio, y pronunciando un bellísimo sermón acerca de la necesidad e influencia de las Ordenes religiosas para el bien ele la Igle,'lia y de la sociedad, el Ilmo. D. Fray Felix Arrieta, Capuchino, Obispo de Cádiz, quien fué escu-· chado con gran complacencia de todos los asistentes, entre los cuales se hallaba tc,do el clero de la ciudad, la Comuni– dad de Padres Escolapios y el Ayuntamiento. Este fué un día de eterna memoria para Sanlúcar de Barrameda y de grande satisfacción y gloria para la Oi·den Capuchina. Nuestro Padre Esteban fué también el primer Guardián ele este convento, como había sido su fundador, al igual que del ele Antequera, y además ejerció en adelante casi por espacio de

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