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32 Vida clel P. Adoain III El año ele 1810, a los 19 ele Abril, día de Jueves Santo, al tiempo en que el Capitán General Empara entrab& en la Cate– dral, acompañado de todo el Ayuntamiento para asistir a los santos Oficios, estalló la revolución en la ciudad de Caracas al grito de independencia, y arrebatándole el bastón ele mando, lo apresaron, quedando los insurrectos dueüos de la ciudad. ¡Día, fatal, en el que dieron principio los muchos crímenes y horrores que después se cometieron! Al principio, fué sofocada la revo– lución, y Bolívar, cabecilla de la misma, pudo obtener el pasa– porte para el extranjero; mas al poco tiempo se dejó ver de nuevo en Venezuela al frente de los revolucionarios, y si la primera vez cometió muchos atentado.s, es~a segunda declaró guerra a muerte a tocio espafiol. Desde esta desgraciada época, comenzaron en la República el robo, la rapiíla, la violencia, el destierro, el encarcelamiento y el asesinato: bastaba ser espa– ñol, para que sin más delito ni formalidad fuera decapitado, y el conseguir el pasaporte para el extranjero se tenía por gran' dicha . Por parte de los realistas, puesto Robés al frente de un ejército llanero, gente sin educación, sin principios y natural– mente bárbaros, clió principio a las represalias, y con esto, al saqueo, a la violencia y a t~da suerte de venganzas. Si Bolí– var. al frente de los patriotas que lucha lían por la inclependen-– cia, saqueaba, desterraba, mataba y cometía horrores inau– ditos con los realistas, Robés, al frente de los realista s, hacía otro tanto con los patriotas, de modo que parece que arn bos ejércitos habían jurado la destrucción y desmoralización dé Venezuela. En esta guerra tan cruel y sanguinaria corrían 5 raii riesgo de perecr.r nuestros misioneros Capuchinos, y así, los que pudieron escapar. se escaparon, y los que no pudieron hacerlo~ como los 27 capuchinos catalanes de las :Misiones del Caroni, fueron degollados por orden del mismo Bolívar, según unos, y por una mala interpretación ele una de sus disposi ciones, según

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