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Sii apostolado en España 369 A las cinco de la tarde de aquel día, llegaron a las prime– ras casas de Andosilla, donde los esperaban el Clero con la Cruz parroquial, las escuelas de niños y niñas cori. sus maestros, y un gran gentío que no se cansaba de mirar a los dos nuevos enviados del Señor, vestidos con el humilde sayal capuchino, derramando abundantes y dulces lágrimas de gozo, princi– palmente los ancianos, que antes de la exclaustración habían conocido a los Capuchir..os, pareciéndoles una realidad impo– sible de realizarse lo que veían con sus mismos ojos . El más emocionado de todos era el Vicario propio de dicho pueblo, el Padre Rufino de Los Arcos, Capuchino también exclaustrado, como nuestro Misionero. El resultado de esta misión no fné menos fecundo que el obtenido en las demás misiones que había dado en Navarra, pues además de los ha– bitantes de la localidad, que comulgaron todos, salvo raras excepciones, se aprovecharon también de la divina palabra y santos Sacramentos muchísimos que asistieron de Azagra, San Adrián, Carear y otros pueblos inmediatos . Preferimos también aquí insertar la relación que de esta misión se envió al Boletín Eclesiástico (1) de la diócesis en la que verá el lector los frutos de la misión y el efecto que proc:ucía en todos la figura de nuestro Misionero. Dice así: <<En la Parroquia de Andosilla dieron misión los Reverendos Padres Capuchinos Fray Esteban de Adoam y Fray Saturnino de Artajona, tan conocidos en esta diócesis por su celo y apostólicos trabajos . El día 27 de Febrero pasado, la población con el Cabildo y Ayuntamiento a la cabeza salió procesionalmente al encuentro de los dos Padres Misioneros que venían llenos de amor de Dios y del prójimo a anunciarles la paz de Nuestro Señor Jesucristo y a ofrecer en nombre de Dios el perdón al pecador. El P. Adoain, al ver a aquella multitud que saEa a recibir a los Misioneros, desplegó conmovido el estandarte de la Divina Pastora que siempre lleva consigo, y entonada la Letanía Lauretana, se dirigieron todos a la iglesia, en donde el Padre (1) Alfo 1877, pág. 340. 24
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