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368 Vida del P. Adoain que hacían un efecto sorprendente a la vista, no menos que al oído los sonoros acordes de la orquesta del pueblo. »Llegada la procesión a la iglesia, se cantó un solemne Te Deum, y hecha la reserva, el P. Adoaip, en el sermón de des– pedida, después de exponer los medios para alcanzar la per– severancia en la gracia recibida, atacó fuertemente el lujo, la voluptuosidad y molicie de estos tiempos, inspirando la sen– cillez y modestia cristiana, lo que hizo viva impresión en el auditorio; y no contento con tanto trabajo, el infatigable Misionero aún volvió a predicar el lunes por la noche, incul– cando la devoción a la Santísima Virgen. »Llegó por fin la hora en que estos buenos religiosos habían de separarse de nosotros; y al efecto, a la una de la tarde del 27, salieron acompañados del Clero y de un gentío que les vitoreaba para Andosilla, donde siguen dando otra misión, y continuarán después en Azagra. ¡Quiera el cielo que estos pue– blos y demás que evangelicen vean descender sobre sí los ricos y abundantes frutos de bendicióu que han recogido mis feli– greses por influjo de estos varones verdaderamente apostólicos! »Han ayudado a los Padres Misioneros en la tarea del con– fesonario, además de los del pueblo, los presbíteros D. Matías Zúñiga, Capellán de Nuestra Señora de Jerusalén de Artajona, D. Gregorio Pitillos, Patrimonista de Lerín, y D. Sebastián Vi!Ianueva, beneficiado de Larraga, que como designados por extraordinarios han trabajado llenando su comisión con asi– duidad y celo.» En la mañana del día 27 se celebró una vigilia y Misa cantada de Requiem, a la que siguió su correspondiente ora– ción fúnebre, que pronunció nuestro Padre Esteban, excitando a los fieles a ofrecer sacrificios por sus hermanos difuntos, y por la tarde salió con dirección a la villa de Andosilla a pie, a pesar de su avanzada edad, siéndole muy difícil abrirse paso por las calles, por la multitud ele gentes ele todas clases que querían impedir a la fuerza su marcha, y que les siguieron hasta una hora fuera del pueblo, ele manera que fué necesario exhortarlos a que se volvieran a sus casas.