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Su apostolado en Espmia 365 »Así lo verificó el R. P. Artajona, y así continuó hasta el jueves 28, :fiesta de los Santos Niños Inocentes, en que confe– saron todos y se dió la Comunión a los que se creyó capaces de recibirla. Este actq fué sumamente tierno y edificante, por la devoción, compostura y orden de los niños, que en número de 200 se presentaron con velas encendidas a tan solemne acto, por la presencia de sus queridos padres y por las senci– llas y afectuosas exh0t·taciones que les dirigía el mismo Padre Artajona que estuvo felicísimo especialmente cuando apos– trofó a los padres de los niños, para que trabajasen en conser– var en la pureza de costumbres aquel precioso depósito que dejaba en sus manos. '\\La Comunión general se verificó el día l.º del año, fiesta de la Circuncisión del Señor, con el mayor aparato posible y con un orden y compostura admirables. Comulgaron los pri– meros el seilor Alcalde y todos los individuos del Ayunta– miento con su señor Secretario, completando con esto el buen ejemplo que dieron en toda la misión de ser los primeros en asistir a todos los actos. Tanto en los días anteriores como en este, puedo asegurar a V. S. que pasaron de mil y doscientos los que recibieron el Pan de los Angeles; sin embargo de no contar esta villa más q11e con mil y cincuenta almas de comu– nión. Durante el acto, el infatigable P. Adoain dirigía patéti– cas exhortaciones a los concurrentes. »Por la tarde se cantaron vísperas, y a continuación se cele– bró por todas las calles la procesión con el Santísimo Sacra– mento. Las ventanas y balcones estaban aciornadas con vistosas colgaduras, como se acostumbra en la festividad del Corpus, y se colocaron en la vía cuatro bonitos altares, ricamente com– puestos, en los que se leían inscripciones alusivas a la solem– nidad. También la iglesia se engalanó como en las mayores festividades y presentaba un aspecto sorprendente . »Una vez concluída la procesión, se cantó solemnemente el Te Deum, y acto continuo predicó el sermón de despedida el incansable y nunca bien ponderado P. Adoain, que fué tal que confirmó en sus buenos propfüiitos a todos los oyentes dando

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