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CAPITULO XXII Su Apostolado en España (1873 a 1877) l. Da misiones en los países vascongados.-II. Entra en Navarra.– In . Misión de Artajona.-IV. Relación de la misión predicada en San M~rtin de Um:.-V. Misión de Falces.-VI. Ultima misión predicada en su patria.-Su obediencia ciega. I Una vez en Francia este infatigable apóstol de América, que contaba a la sazón la edad de 65 años, no pensó en des– cansar de sus innumerables trabajos apostólicos, antes al con– trario, sintiendo en su corazón más y más viva la llama de la caridad, de la cual provenía su actividad asombrosa para hacer cosas grandes por la gloria de Dios y por 1a salvación del prójimo, como sucedía al Apóstol San Pablo cuando decía: «Cliaritas enim Ck1·isti urget nos», se determinó a continuar su apostolado, aunque para esto tuviera que hacer grandes sacrificios. Pasó, pues, a este fin, del convento ele Tolosa al de Bayona, convento que había sido fundado por el reverendo P. Fidel de Vera, y estaba hab itado por Padres españoles, dependiendo inmediatamente del Rdmo. P. General. Aquí se dedicó algún tiempo a aprendee el vascuence, o hablarlo con más propiedad, a perfeccionarse en esta milenaria lengua, que, en sus primeros años aprendió, por ser la que se hablaba en Adoain, aunque no mucho tiempo después se perdió su uso, desgraciadamente; mas como por la falta de ejercício, en tan– tos años como había permanecido en el extranjero, no estuviese muy expedito en hablarla con la perfección que se requiere para predicar la divina palabra, procuró ejercitarse en ella, tradujo al vascuence varios sermones de los que tenía, y evan-