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342 Vida del P. Adoain varias veces nombrado no hace mención sino de ,rna serie de misiones que dió en el año de 1870, desde mediados de Febrero hasta últimos de Mayo, es decir, tres meses y medio, las cuales fueron probablemente las más famosas y las más honrosas y>ara nuestra Orden capuchina y para nuestro Misionero. pues– to que se dieron a petició11 de las autoridades civiles y ecle– siásticas de la República. Ya hemos visto antes de ahora cómo algunos espíritus inquietos y ambiciosos explotaban la idiotez e ignorancia de los pobres indios, y sirviéndose de la calumnia y de otras armas ele mala ley, de las cuales acostumbran a echar mano los tales, les excitaban a la rebelión contra el Gobierno y a tomar las armas para vengarse en sus delegados y gober– nalores, como sucedió en Conguaco, Santa Rosa, etc., come– tiendo con este motivo grandes crímenes. Pues esto mismo repitióse otra vez en algunos pueblos µ.e la RepúbEca, tomando tales proporciones la insurrección, ql)e tardó ~n sofocarse algunos meses y murió en ella un general de la Repüblica. T!'anquilizada ya exteriormente la nación, el Gobierno, tanto el civil como el eclesiástico, creyó conveniente llevar la paz a los espíritus para restablecer y consolidar el orden y el bienestar de aquellos pueblos, y como en otr¡is ocasiones habían dado excele:o.te resultado las misiones predicadas por nuestro -P. Esteban, dirigióse a nuestro Misionero, qnien acompa– ñado del P. Antonio de Igualada salió para los :meblos insu– rreccionados a fin de reconciliarlos, no sólo con Dios. sino también con las legítimas autoridades ele la República, lo cual consiguió con gran satisfacción de todos. Era tal el pres– tigio de que gozaba para con el Gobierno. que el Ministro ele la Gobernación, en carta fechada el 18 ele Febrero de dicho año, después de poner en su conocimiento que había pasado una orden a· los Corregidores ele los pueblos donde había ele dar misión a fin de que no faltase a los Misioneros cosa alguna de cuantas hubiesen menester durante sus coITerías apostó– licas, suplica?ª encarecidamente a diclio Pad1•e se sirviera dar noticia al Gobierno de cuanto ocurriera en las -¡:oblaciones en

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