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336 Vida del P. Adoain un principio en nombre de la Santa Sede. Pero como él número de los religiosos había aumentado considerablemente, sobresa– liendo algunos de ellos por su prudencia, ciencia y celo por la salvación de las almas, y como contaba ya con dos conventos, el de Guatemala y el de Santa Tecla en la República del Salva– dor, fué erigido el territorio de la América Centra~ en Comisa– riato, siendo ipso facto Comisario el que fuese elegido Guar– dián del Convento de Belén de Guatemala. Ya en el primer escrutinio salió elegido el P. Esteban Guardián del Convento de Guatemala y, por consiguiente, Comisario General de todos los Capuchinos de la América Central, y según el cronista de aquella misión, casi con toda la plenitud de votos, no faltán– dole más que uno, en cuyo caso debió tener 27 votos, puesto que la totalidad de votos hábiles que el electo podía tener sólo era de 28, porque nadie puede darse el voto -válidamente a sí mismo. Sin embargo, de esto, alguno de los religiosos que entonces formaba parte de aquella Comunidad, afirmó que tuvo todos los votos sin faltarle ninguno, en cuyo caso no le faltó más que el suyo. Mas sea de esto lo que se quiera, para el caso, lo mismo da que tuviera 27 como 28 '1otos, por– que aquí tiene aplicación aquel axioma de moral, parum pro niliilo reputatur. Los Asistentes elegidos para ayudade fueron dos de los primeros compañeros de misión en Guatemala, es a saber: Asistente primero el P. Pedro de Lljsá, y Asistente se– gundo el P. Lorenzo de Mataró. Todas las virtudes van juntas como buenas hermanas e hijas de una misma madre, que es la virtud de la caridad, por eso quien tiene una, las tiene todas; así sucedió al P. Esteban, pues pruebas bien palpables nos ha dado de sn apostólico y extraordinario celo por la salvación de las almas en sus innumerables misiones; veamos ahora su humildad. Sorprendido grandemente por semejante elección y herido profundamente en lo más delicado de su humildad, presentó al instante ante el Capítulo congregado la renuncia del cargo a que había sido elegido, suplicando una y otra vez con muchas instancias a los Padres que le admitiesen la renuncia; y según refiere el cronista, que era uno de los

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