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334 Vida del P. Adoain esta República, sino también de las de Guatemah y Hondu– ras. Los cuatro hemos estado bien atareados en el confeso– nario, y aun así, no se podía dar cumplimiento a todo. El día 13 se plantó la santa Cruz, pintada, sobre un hermoso pedes– tal, que se deja ver desde el altar mayor. El día 15 se dió la Bendición Papal a una numerosísi ma concurrencia. >>Dos veces hablé con el Sr. Presidente; le v6ía tan con– tento y satisfecho, que no cesaba ele aplaudir lo mucho que se ha hecho en beneficio del Estado. «Yo quiero-me dijo– favorecer y cooperar, en cuanto pueda, a su Orden. Ya he dado orden al Sr. Gobernador y ai empresario del agua, para que con preferencia les ponga el agua dentro del Convento, y por último, cuando el Síndico no tenga limosnas, que me avise» etc., etc.-Sauta Tecla, 20 de Marzo de 1868.-Fray Esteban de Adoain» (1). (1) Además ele las elos referielas misiones ele San Salvaelor y de Cha– latenango, que fueron las de más resonancia, predicó en estos años otras varias de muchísimo fruto en los pueblos sig·uientes; en San Jacinto, en Pacotán Chimalapa, Esquipulas, Queraltepeque, Marateutngo, Cúyote– nango, San Sebastián, Retatulen, San Felipe, San Gabriel, Guzmán, San AntoP-io de Suchitipeopier, San Francisco Zambo. Santo T omás y Samaynac, Sonsonate (en la república elel Salvador) ciudad ele !raleo, Nalmisnalco, segunela misión en San Salvador, dada con el fin ele conte– ner la excitación y conmoción que el fusilamiento del expresidente Barrios produjo e1~tre los partidarios ele éste; en San Silvestre ele Arme– nia, Tepecayo, Jayaque, Comaragua, ejercicios a señoras, ejercicios a hombres, en la iglesia de los Remedios de la antigaa Guatemala, Ciudad Vieja; una Novena a la Divina Pastora equivalente a m~sión, en Villa– nueva; el mes ele Mayo en la parroquia ele San .José ele la Antigua, una misión en las Cárceles, ejercicios a horn bres, otra misión en Esensulta, Mixco, Tepan ele Cornalapa, San Martín, Jayaba,v, Canilla y de San Andrés Sacabajá, Sacapulas, Santa Cruz del Cliché, Chinique, Santo Tomás ele Lluchicastenang·o, Coyutepeque, y tres tanda, de ejercicios preelícaclos en la antigua a hombres. - A estos hay que añadir unos memorables eiercicios preclicaelos a las monjas del convento de la Concepción ele Guatemala, te petición ele la autoridad eclesiástica de dicha ciuelael, la cual, elespués ele haber agota– do todos los recursos que estaban a su alcance para arreglar la comuni– dad dividiela desgraciadamente en bandos, recurrió a este misionero, a quien nada poclia resistir. Y no en vano, pues, gracias a su ardiente celo y a su exquisita prudencia, se logró que torlas se reconciliaran y siguieran después muy bien. Hemos dicho gracias a su celo y exqu:sita prudencia, porque predicó con su acostumbrado celo y unción, pfro sin hacer la menor alusión a las discusiones públicas que había entre las relig·iosas, síenelo esta circunstancia la causa principal del fruí:) que hizo en ellas.

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