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CAPÍTULO II Su apostolado en Venezuela (1839 a 1843). t Se embarca parll la República de Venezuela con otros treinta ca– ¡rnchinos espafioles.-II. El barco convertido en convento flotante. Recibimiento en Curnaná. Llegada a Caracas.-III. Breve relación del estado de desmoralización en que se hallaba Venezuela a la lle- _gada del P .. Esteban.-IV. Transformación ele la parroquia ele Para– para, a la que fué destinaclo.-V. 8e dirige a evangelizar los indios sal 0 vajes de Achaguas. Misión en San Fernando. El gobierno quiere -obligarle a jurar la Constitución del Estado.-VI. Fructuosa misión '¡wedicada en Aehaguas. I Deseando el gobierno de Venezuela restablecer la paz y la tranquilidad pública, hondamente perturbada desde que dicha -Republica se declaró independiente, a causa de las ;muchas l'evoluciones y contrnrevoluciones que sin cesar se sucedían, pensó seriamente en franquear las puertas de la nación a los misioneros españoles, los cuales con su evangélica predicación habían sido causa ele que por espacio ele muchísimos años ¡gozasen sus habitantes ele una paz octaviana -hasta la época .de s,u emancipación, por estar plenamente convencidos de que sólo la moral evangélica, enseñando las virtudes todas, y -entre ellas, la obediencia á las autoridades legítimamente ,constituídas, es capaz ele mantener a los pueblos en el legíti– mo goce de sus derechos. Fijóse principalmente para esto en los capuchinos, por ser éstos los que tuvieron parte muy prin– cipal en la evangelización y civilización de aquella República, <:!escollando entre otros el Venerable P. José ele Carabantes y Fray Francisco de Pamplona, y regando su suelo con su -sangre 27 capuchinos catalanes, fusilados en las misiones del -Caroni durante las guenas de la Independencia ele la Repú- 'blica.