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288 Yida del P. Adoain ban una muy fructuosa misión, acudía con un buen número de sus feligreses, que llegaban cantando alabanzas a la Divina Pastora y entusiasmaban a los de Cuajiniquilapa. Uno de los principales frutos de la misión fué que la pre– dicación de nuestro Misionero dió fin a las discordias, des– avenencias y divisiones que había entre varias familias. y que son causa de grandes males en los pueblos. Se olvidaron las enemistades, se hicieron las paces y se volvieron a sus anti– guas relaciones. Las comuniones fueron 1,600 y los matr~mo– nios de los amancebados 70. ¡O quam spociosi pedes e-van– gelizantium pacem, evangelizantium bona! Para este varón apostólico parece que se escribieron estas palabras, si nos fijamos en los resultados de sus misiones. Y de él como de nuestro divino Maestro podemos también decir, servata debita proportione: «pertmnsiit benefaciendo et sanando omnei oppre– sos a diabolo, quoniam IJeus erat cum illo» (1 ). «Pasó por este mundo haciendo bien y sanando a todos los poseídos del de– monio, porque Dios estaba con él.» El día 5 de Marzo terminó la misión con la Bendición Papal, y al siguiente salió para la misión de La Vega, que era una hacienda, perteneciente a la Parroquia de Cuajiniquilapa, en la que había un pequeño ora– torio; en sus alrededores vivía mucha gente que no había podido aprovecharse de la misión que acababa de dar en la Parroquia y que estaba hambrienta de oir a nuestro Misio– nero. No podemos dar más detalles de esta misión, sino que concurrieron a ella de muchas partes, y que por asistir, deja– ban sus casas solas y abandonaban sus labores y ocupaciones, haciéndose mucho fruto, prueba de lo cual es el haberse dado 1,100 comuniones y haberse celebrado 80 matrimonios, en un lugar como éste, es decir, en una hacienda. Antes de acabar la misión de la Vega, salió de allí el P. Esteban dejando a sus dos compañeros, los PP. Lorenzo y Pedro para que la terminasen, y pasó a dar la misión en la ciudad de Amatillán, capital del departamento de su nombre; (1) Actus Apost., X, 38.