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286 Vida del P. Adoain ejerció la intachable conducta de su digno Gobernador. Excu– sado nos parece advertir que acudió a la misión casi todo el pue– blo, pero para que se conozca el fruto que se hizo en esta misión, consigna nuestro Misionero en sus apuntes que fueron poquí– simos los que dejaron de confesarse. Las comuniones fueron 870, y los matrimonios entre amancebados 20. Seis días duró esta misión, después de los cuales, acompañado de toda la población, que no sabía ni acertaba a separarse de él y de la Divina Pastora, salió con dirección a Azacualpa donde dió otra de diez días. Comú a dos horas de distancia saEeron a recibit· a los Mi– sioneros el Cura de Azacualpa y las personas más importantes de la población con su Ayuntamiento, y siguiendo el camino con esta comitiva, se encontraron con las señoras y niños que habían salido a una hora del pueblo, los cuales entonaron la Salve y otros cánticos en loor de la Divina Pastora, luego que nuestro Misionero desplegó su estandarte. Así llegaron hasta la entrada del pueblo donde les aguardaba todo lo res– t~nte de la población con el palio y con les pendones de todas las Cofradías; y después de colocar a la Divina Pastora bajo palio, la condujeron procesionalmente entre cantos, cohetes y grandes repiques de campanas, pasando por de.bajo ele mu– chos arcos, hasta la iglesia. tCómo sería posible no conmo– verse grandemente ante un recibimiento tan entusiasta y tau piadoso como éste? ¿,Cómo es posible que la Divina Pastora dejase de premiar muy abundantemer:.te y derramar a rau– dales sus celestiales bendiciones a un pueblo qne con tanto fervor la recibía? Así fué, en efecto, y g·racias a la Divina Pastora, se operó una gran transformación. Los habitantes de Azacualpa tenían fama en la República ya desde muy antiguo de ser grandes lacfrones, y aunque nuestro Divino Salvador nos dice en el santo Evangelio que los tales no son tierra abonada para que la palabra divina produzca en ellos frutos de vida eterna, pu8s cae en sus corazones como la simiente arrojada entre espinas, sofocándola sin que produzca frnto alguno , sin embargo. no sucedió aquí de este modo, porque,

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