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284 Vida del P. Adoain dad de la ReplÍ.blica, debido a que ciertos ambiciosos y agita– dores políticos hicieron creer a los indios, abusando de su ig– norancia y sencillez, que el cólera no era tai enfermedad sino que procedía de que el señor Gobernador y el Párroco habían envenenado las aguas, y que a esto y no al cólera e1·a cle::>icla tan terrible mortandad. Los indios así engañados y soborna– dos, no pensaron más que en vengarse de los supuestos auto– res de tanta desgracia, y así fué que, llevados de su inclígna– ción, cercaron ia iglesia en un día de domingo mientras se celebraba la Misa, penetraron en ella armados, y acabada la Misa, asesinaron al señor Gobernador y otros más en la sa– cristía, en donde se habían refugiado, al advertir el peligro, respetando al sacerdote, a pesar de su furor, por hallarse este revestido todavía con los ornamentos sagrados. A los pocos días del suceso, envió el Gobierno sus tropas, y éstas pasaron por las armas a los promotores del crimen y ele la sublevación, con lo cual quedaron los ánimos muy resentidos e irritadcs y sumamente desafectos al Gobierno. En una palabra, habían quedado castigados, mas no enmendados, pues no pudieron conseguir desengañarlos de su yerro. Este triunfo, esta vic– toria, estaba reservada a nuestro Misionero. Aquel pueblo, cieg·o de furor y ebrio de sangre inocente, luego que nuestro Misionero desplegó sus labios, comprendió que había sido victima de un engaño, lloró amargamente los crímenes co– metidos, se enfervorizaron muchísimo en la misión, y los :iue poco antes parecían más fieros que tigres, quedaron converti– dos en mansos corderillos. En vista del sincero arrepenti– miento y de la grande transformación obrada en este pueblo por la mis1ón, nuestro P. Esteban se interesó grandemente con el Gobernador Eclesiástico para que les enviara un Cura, del que se hallaban privados en castigo del horrible crimen cometido, consiguiendo que les fuera dado un celoso y virtuoso sacerdote español. Las comuniones distribuídas fueron 1,440 y los matrimonios canónicos de amancebados 88. El día 26, lÍ.ltimo de la misión, después de celebrada la función de despedida por la mañana, salió por la tarde a Jal– patagua, donde inmediatamente dió comienzo a otra.

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