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280 Vida del P. Adoain a la misión, hambrientos de oir la divina palabra. Se repartie– ron 230 comuniones y se celebraron 14 matrimonios. Terminada esta misión el 17, pasó al siguiente día a Ta– cisco a dar otra, volviéndosele a unir aquí los dos compa– ñeros que había dejado en Mazagua. Tacisco era una pobla– ción de indígenas, auxiliar de la Parroquia de Guazacapán; se hallaban todavía tan en lo natural como en tiempo del descubrimiento del Nuevo Mundo y de la conquista de Guate– mala. Ora fuera debido al excesivo calor que se dejaba sentir, m·a a la escasa instrucción que habían recibido, era dema– siado su abandono, singularmente en el modo de vestir las mujeres, las cuales de medio cuerpo arriba iban comp~eta– mente desnudas. El celoso Misionero, según lo refieren sus manuscritos, se empeñó grandemente en persuadirlos, acon– sejándoles que abandonasen esta mala costumbre, pero nada pudo conseguir. Los pocos ladinos que había en el pueblo se aprovecharon de la misión, comulgando 240 y celebrándose 30 matrimonios. Dejando aquí a su compañero el P. Lorenzo para que tenni– nase la misión, pasó él con el P. Pedro a la parroquia y pue– blo de Guazacapán el día 22 de Diciembre, y este mismo día dió principio a la misión. En esta población se hallaban los indígenas en el mismo estado de naturalidad y falta de modestia que los de Tacisco, con poca diferencia. También aquí debió conseguir poco ele ellos. No así los ladinos, quienes si bien al principio mostra– ron cierta dureza de corazón a la voz del Misionero, muy pronto se trocó esa dureza en un fervor tan grande que no querian separarse de la iglesia, habiendo muchas personas que se llevaban la comida a la puerta del templo, y allí comían para no separarse de él. Los frutos de la misión fueron 440 co– muniones y 42 matrimonios. Esta fué la última que predicó en este año de 1858, pues el 30 de Diciembre salió de Guaza– capán. La despedida de este pueblo y el recibimiento que le hizo el. de Chiquimulilla, a donde se dirigió a dar la misión, fueron muy solemnes y entusiastas. A las seis de la mañana

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