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278 Vida del P. Adoain El día 22 de Mayo dió principio a esta misión con un con– curso numeroso que de tal manera fué creciendo cada día, que se hizo necesario trasladar la misión y hacer los ejercicios en la nueva iglesia que se estaba construyendo y que todavía no estaba terminada. Hubo g-ran conmoción en el auditorio, como en todas las misiones de este fervoroso Capuchino, y los frutos fueron 380 comuniones con 31 matrimonios de aman– cebados. Una vez terminada la misión, volvió a su convento. Aquí estuvo retirado del ministerio de las misiones, todo entregado a la oración y a la observancia regular, cinco meses, en los cuales hizo ejercicios espirituales en comu– nidad, como se acostumbra entre nosotros todos los años, y el 20 de Noviembre salió en compañía del P. Lorenzo de Mataró, que había regresado de su viaje a España con algu– nos pretendientes, y con el P. Pedro de Llisá, a dar una serie de misiones durante diez meses consecutivos. Comenzó, pues, estas misiones -por el pequeño pueblo del Palín, en donde estuvo hasta el 28 del mismo Noviembre. A esta misión, como de ordinario, acudió bastante gente, y el último día, por des– pedida, celebró una devota y edificante p1·ocesión de peni– tencia y dió la Bendición J:>apal. Los frutos consistieron, además de otras cosas, en 800 comuniones y 30 matrimonios. Al día siguiente de acabarse esta misión salió del Palín y di– rigióse a pie, como verdadero hijo de San Francisco, a la villa de Escuintla, en donde, como queda referido, ya el año de 1856 había dado con mucho fruto una ruidosa misión, la primera que predicó en Guatemala, y aquella misma tarde dió principio a los ejercicios de otra que duró 14 días. Si bien no habían transcurrido más que dos años desde que el P. Este– ban dejó oir su voz en este lugar, no por eso fué menor en esta ocasión el apresuramiento de sus moradores por acudir a la nueva misión, ni la docilidad y buena disposición que mostraron de aprovecharse de ella. Nada diremos para enaltecer el entusiasmo y fervor reli– gioso que se apoderó de los habitantes de Escuintla en esta misión. El hecho que vamos a referir nos lo pondrá de mani-