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270 • Vida del P. Adoain no ha omitido nada para restablecer nuestro bienestar, pero su poder sólo ha alcanzado a cortar el mal físicamente, quedando los ánimos de tal modo exaltados que sólo respiran odio y deseo de venganzas viles. Esto mismo hace germine sorda– mente, para después, con mayores elementos hacer, su explo– sión terrible, cuya aserción nos la dicta la experiencia por lo que vemos, oímos y observamos. »En el estado tan deplorable en que nos hallamos, no pode– mos esperar el remedio sino de la Divina Providencia; mas para que nuestros corazones puedan prepararse a ser dignos de elevarse al Trono del Altísimo e impetrar sus misericordias, para que todos estos habitantes conozcan los deberes que prescribe la Santa Religión que profesamos, y, en fm, para que el precioso vínculo de la caridad nos una con lazos indes– tructibles, preciso es que V. S. Ilma. atienda nuestra queja y nos envíe el remedio que hemos indicado. » A consecuencia de esta petición y de la que el R. P. Fray Manuel Uriarte, Ag·ustino Recoleto y Párroco de Santa Rosa, había elevado a instancias del Supremo Gobierno y del señor Arzobispo para que fuera allí nuestro Misionero, salió para Santa Rosa el día 7 de Enero de este año de 1858, llevando por compañero de misión, no a otros Hermanos suyos en Reli– gión como en las correrías del año anterior, sino a dos Reli– giosos Recoletos , los Padres Hermenegildo Aguilera y Manuel Silva, siendo él Presidente y Director de estas misiones. Aun– que las Autoridades habían solicitado que las misiones d/3 estos pueblos fuesen dadas por Misioneros Capuchinos, no fué posible enviar más que al P. Esteban , pues como el P. Lo– renzo de Mataró estaba en España, había sólo cuatro Padres , y éstos no podían abandonar por mucho tiempo el Convento– Noviciado, donde era necesario seguir la observancia regular para la buena educación de los noYicios. La población de Santa Rosa con su Párroco, el mencionado P. Uriarte, al frente, salió a esperar a los Misioneros hasta Río ele la Plata ; de aquí fué llevada la Divina Pastora en triun– fo bajo palio hasta la iglesia, cantando durante el trayecto

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