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254 Vida clel P. Adoain gente, lo cual nos prueba el fervor sin igual y el entusiasmo religioso que despertó en ellos la predicación de la divina palabra. Hasta los hacendados más rico.s enviaron todos sus criados y trabajadores a la misión. En los trece días que ésta duró, distribuyéronse 1,900 comuniones y se celebraron 242 matrimonioE' entre amancebados. Acabada la misión de Santa Lucfa el día 8 de Febrero, pasó al siguiente día a Santa Ana Anistán, lugar distante del anterior tres leguas, y la misma tarde comenzó la Santa Mi– sión. que duró cinco días, no más. El recibimiento que se le dispensó fué tan entusiasta y tierno, que era imposible pre– senciarlo sin sentirse hondamente conmovido aun el hombre de corazón empedernido. Y a la verdad, a una legua del pue– blo salieron el señor Cura, el Alcalde y los principales seño– res de la población; a un cuarto de hora estaba reunida toda la gente, llevando en andas y bajo paEo a la Patrona, a la que in– censaban constantemente; después de recibida de rodillas y con el mayor respeto la bendición de los Misioneros, entonaron !a Salve a la Divina Pastora y pasando por debajo de más de 20 arcos de follaje levantados de trecho en trecho, les acom– pañaron hasta la iglesia y de aquí a la Casa de la Misión. ¡Qué espectáculo tan tierno y conmovedor! tCómo sería posible presenciarlo sin que las lágrimas acudieran a los ojos, si aun el mismo relato enternece el corazón'? Fácilmente se deja comprender el grande fruto que haría en esta misión este célebre Misionero, pues, si_ como hemos visto en la relación de sus misiones en Cuba, aun en los pue– blos que le recibían con frialdad y que estaban prevenidos contra él, hizo tanto fruto que los transformó completamente, iqué sucedería en esta misión en d0nde era recibido como un hombre bajado del cielo, como un Apóstol? El primer día ya su presencia en el púlpito y su fervorosa predicación causó gran conmoción en el auditorio, y la segunda noche fué tal el llanto en que éste prorrumpió, que no pudo continuar y se vió precisado a hacer el acto de contrieión a medias. De aquí pasó a Tesenaco, cuyos habitantes, aunque por su prox1m1-