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24-! Vida del P. Adoain Rosario; de aquí fue:·on a la iglesia de la Merced, donde hicie– ron lo mismo, y por fin a la iglesia mayor, en donde se acabó de rezar el Rosario y las demás oraciones señaladas. Como puede suponer el lector, el concurso que asistió, sobre todo a este último acto, llevados la may0r parte le una santa curio– sidad, fué inmenso, y el ejemplo de fe y religión que en esta ocasión dieron los militares, fué sumamente edificante para toda la población de Puerto Príncipe. No sabemos dónde estuvo este incansable Misionero, ni qué hizo los seis meses restantes del año de 1855, pero sí pode– mos afirmar, aunque no deja ele extrañarnos, que durante este tiempo no clió misión alguna, puesto que de ninguna hace mención en sus apuntes hasta Enero del siguiente afio ele 1856, en que dió nada más que tres misiones, las ültimas que predicó en la Isla. IV El día 7 de Enero de 1856 llegó a la parroquia de Guai– maro, perteneciente en lo civil a la provincia de Puerto Prín– cipe, y el mis:no día clió 9rinci pio a una misión ele seis días , ele la cual no tenemos más noticias sino que, dado lo reclu.cido de los habitantes del casco de la población, hubo bastante con– currencia y se celebraron 220 comuniones. El día 13, último de la misión, dió la Bendición Papal por la tarde, saliendo con dirección al Derroca!, perteneciente a la parroquia de Guai– maro, y distante de ella unas tres leguas, en donde tan sólo estuvo tres días dando misión. Esta se celebró en casa de un señor llamado D. Salvador Nieves, hubo mucho fervor y se confesaron casi todos. Del Derrocal pasó al partido de Guai– marillo, y dicí la misión en la tienda denominada las Tu– nas ele Guaimarillo, pero como las más de las casas estaban a más de una hora de distancia unas de otras, no asistieron más que dos o tres familias y se confesaron seis esclavos. El día 19 pasó a Guajabal, que está en el mar rlel Sur, en donde no había más que unos 22 ranchos, cuyos habitantes