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238 Vida del P. Adoain hiciese las veces de iglesia una casa llamada• Sao Largo: mas viendo que este lugar no era el más a propósito para que la gente pudiera asistir con comodidad, resolviéronse a cambiar y trasladarse al ingenio de San Juan de Dios, donde dieron principio a la misión el día 2 con un crecido auditorio, que fué aumentando de día en día. El abandono en que vivían es– tos infelices en materia de relig·ión era tal, que según afirma nuestro biografiado. nunca habían visto ni siquiera una igle– sia. Con todo, la predicación del Misionero, y los actos religiosos a que asistieron los impresionaron de tal manera, que resucitó en ellos el entusiasmo religioso, y fueron muy •pocos los que dejaron de aprovecharse de la misión, recibien– do los Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía. El Partido, aunque extenso, era muy poco habitado, por esto las comuniones fueron 190, los matrimonios 13 y los ins– critos en la Archicofradía 415. El día 10, a las seis y media, después de haber celebrado Misa en los Chincheros, salió con su compañero el P. Subira– na, en dirección al Partido de la Guanaja, donde inmediata– mente inauguró la misión, reuniéndose toda la gente. La Guanaja es un pequeño puerto, al que daba vida el comercio con Puerto Príncipe, arruinado después totalmente con la construcción del ferrocarril que unió a Nuevitas con dicha ciudad. No había más que 40 o 50 casitas de pescadores, habi– tadas por 200 personas libres y 180 esclavos. El Capitán de este lugar llamado Don Antonio Arcanoda (riojano), que era Teniente de infantería, trató muy bien a nuestro Misionero y le ayudó cuanto pudo. En los cinco días que duró esta misión se despertó un gran fervor en todos sus habitantes, verifieán– dose 108 comuniones y 5 matrimonios con un buen número de alistados en la Archicofrad:a. Por la tarde, colocada la Cruz de la misión, predicó allí mismo el sermón de despedida.

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