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Su apostolado en Cuba 229 ron a oir su predicación y a confesarse de seis y ocho leguas; personas inveteradas en los más groseros vicios salieron de su mal estado, habiéndose visto en pocas misiones tanto entusias– mo por la religión. El resultado fué que comulgaron 584 per– sonas; matrimonios 14; en la Archicofradía 610. Después de esta misión pasó a predicar un quinario en el Baubiney, que es del partido de la Concepción y en lo eclesiás– tico perteneciente, como el Jarey, a la parroquia de Giguani, comenzando el 11 de Septiembre. Hubo mucha concurrencia todos los días, y como éstos eran pocos, procuraron aprove– charlos muy bien hasta los últimos momentos para ir a la siguiente misión. Frutos de esta misión fueron: 259 comunio– nes, 15 matrimonios y · 367 inscripciones en la Cofradía. El mismo día que acabó ésta, pasó a dar la misión de Santa Rita, lugar en donde la había hecho con mucho fruto, como queda referido, en 1852; mas no pudo empezarla hasta el siguiente día, porque impidió la asistencia de la gente un gran aguacero que cayó en la misma tarde, lo cual, no sólo no estorbó en lo más mínimo el fruto de la misión, sino que lo favoreció grandemente, porque como hiciera mucho t iempo que no 'llovía y se dejaba sentir una gran sequía, considera– ron este suceso, el mismo día de la llegada del Capuchino, como un mi lagro. He aquí lo que en pocas palabras dice el P. Esteban de esta misión: «Es imposible en pocas líneas pin– tar el fervor que estos cristianos manifestaron. En ninguna misión se observó tan.ta fe y deseo de las verdades eternas. La concurrencia fué siempre numerosa. Hubo días de reunirse cerca de 2.000 almas. Las comuniones fueron 855; los matri– monios 31; en la Archicofradía in 5 resaron 2,000. El día de la Comunión general se celebró la Misa con música y se canta– ron durante la Comunión las letrillas a la Divina Pastora en el tono del Sacris solemniis. De Santa Rita pasó a dar la misión de Giguani, en la parro– quia en donde, juntamente con el Ilmo. señor Claret, había predicado una misión que duró un mes, y en donde tantos fru– tos cosecharon, como largamente lo referimos en su lugar.

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