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Su apostolado en Cuba 217 de los religiosos por individuos, incluyendo todo gasto ordi– nario y eventual calculable; 7. º gasto del viaje de los misio– neros desde un punto del litoral cantábrico a esta Isla, y si es posible a esta ciudad de Santiago; 8.º si la Casa-noviciado pue– de ser sostenida, o no, en un todo o en parte, por ese Obispado; 9.º si para cubrir el presupuesto se puede contar prudencial– mente con algún producto que el culto y la devoción de los fieles pueden dar; 10.º cuantos otros requisitos sean del caso tener presentes, en el supuesto de que yo no quiero hacer mención alguna, sino a golpe hecho, como suele decirse, esto es, proponiendo al Gobierno un establecimiento en que esté todo tan calculado, que no tenga más que decir si o no. E::,pero su contestación, suplicándole que sea bien explícita; y aun desearía que V. me hablase alguna eosa de los antece– dentes de los individuos con que cuente, circunstancias per– sonales, como aptitud, edad, etc., etc. »Como se trata de la gloria de Dios, no debe V. extrañar mi escrupulosidad harto nimia, si se quiere. Pero V. conocerá en su buen juicio lo delicado del asunto; que trato de pedir una reforma o adición a la R. Cédula de Regulares de la Isla, en obsequio de ella, y en honor de VV., de quienes, aunque no fuera más que atendiendo a los dos muy dignos Religiosos, que con tanta lealtad, celo y delicado espíritu me ayudan, no puedo dudar lo que digo al principio, qne el bien espiritual que se reporte ha de ser muy considerable. »Con este motivo me ofrezco de V. su más atento y seg·uro servidor, q. b. s. m.-Antonio María, Arzobispo de Cuba.» V Fácilmente comprenderá el lector con cuánto interés y ahinco trabajaría nuestro P. Esteban en llevar adelante este proyecto, si se tiene presente que hacía tres años se le había frustrado la fundación ele la Habana, por lo que, secundando los planes del Sr. Arzobispo, escribió al P. Provincial de Navarra algunas cartas, aunque no ha llegado a nuestras