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214 Vida del P. Adoain que pudieron, distribuyéndose 77 comuniones, celebrándose 10 matrimonios e ingresando en la Archicofradía 180 per– sonas. El mismo día 13, que acabó la misión, salió el intré– pido P. Adoain con dirección a Cauto el Embarcadero, a fin de esperar allí al señor Arzobispo, haciendo un viaje de 20 leguas por La Ciénaga, caminando sobre agua y mojándose muchísimo, tanto, que aquella misma noche le acometieron unas malignas calenturas, que aunque no le postraron en cama mucho tiempo, le duraron cerca ele cuatro mese~, vién– dose obligado a descansar forzosamente, y, bien a pesar suyo, a desistir durante este tiempo de ocuparse en sus tareas apostólicas. Dejemos, pues, descansar al P. Acloain y permítasenos una pequeña digresión; si es que así puede llamarse, para explicar los pasos que dió el Venerable Arzobispo de Cuba, a fin de fundar en la Isla un Colegio de Misioneros Capuchinos . IV El Venerable P. Claret, para realizar el plan que había ideado con el intento de moralizar la Isla de Cuba, creyó que era indispensable la fundación de varios Institutos religiosos que le sirvieran de poderosos auxiliares en su obra. A este fin, hizo todas las diligencias que estaban en su mano para que se establecieran los Padres Paules y se encargasen de la dirección del .Seminario, los PP. Escolapios y JE-suítas, que tanto se han distinguido siempre en la enseñanza ele la niñez y de la juventud, y las Hermanas de la Caridad, para que cuidasen de los enfermos en los hospitales. Además, como las santas misiones le habían dado tan excelentes resultados, pensó en fundar un Colegio de Misioneros, fijándose con pre– ferencia en los Capuchinos, en cuya elección influyó podero– samente el grande aprecio y estima que desde un principio había concebido de la virtud y celo apostólico del P. Esteban, manifestados claramente en la multitud de misiones que en su '. compañía unas y bajo su dirección otras, había dado

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