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Sn apostolado en Cnba 203 ban en un bailP. de Tumba, con fuerte algazara, mas por pri– mera vez callamos, creyendo podría ser un olvido, pero vien– do que el segundo domingo era lo mismo, sin poderme conte– ner, dije a mi compañero, Fr. Antonio de Galdácano, que explicaba la doctrina: «Bájese de ese púlpito y retirémonos ... » etc.--Fué tal el llanto que se levantó, que no pudo menos de enternecernos. Avisado el Comandante, mandó cesar el baile y siguió la misión.» Esta duró 19 días, y en ellos el pue– blo se enfervorizó grandemente, al paso que los amancebados mostraron una dureza sin igual, no celebrándose más que 22 matrimonios. Secundando fie'imente las iniciativas y pl,mes de su Prelado, instaló la Archicofradía del Inmaculado Cora– zón de María, que el P. Claret acababa de erigir canónica– mente en este mismo mes y año en todo su Arzobispado, y tuvo muy buena acogida en la gente devota, pues se inscri– bieron en ella 700 personas. Desde esta fecha la instalaba en todas sus misiones, como verá el lector. Después de acabada la misión del Cobre, pasó con el Padre Galdácano a dar la del Aserndero, que es un partido pertene– ciente a la Parroquia del Cobre, aunque distaba de ella ocho leguas. Por la parte del sur tiene el mar y por el norte la sierra de Hong·olosongo. Tenía sólo 275 habitantes, todos ellos entregados al corte de madera. No había más que 4 matrimo– nios canónicos. La misión comenzó el día 15, notándose en un principio mucha dureza y resistencia a la voz del Misionero; mas luego se conmovieron y ablandaron de tal manera, que no quedó ningún amancebado que no arreglase su vida; los ma– trimonios fueron 25 y se bautizaron 15 personas. También aquí fundó la Archicofradía del Corazón de María e ingresa-– ron en ella 175 personas. El día 23 regresaron ambos Misione– ros a Santiago de Cuba, permaneciendo allí el P. Esteban hasta el día 8 de Junio en que salió con el Sr. Arzobispo que iba a hacer la segunda visita pastoral a Gibara y Hol– guín.

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