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Sn apostolado en Cuba 195 día por la noche y duró seis días . Como el cólera hiciera gran– des estragos en este partido, así como en el anterior, todos corrieron a buscar lo que antes habían despreciado, que era el Sacramento de la Penitencia y el del Matrimonio, sin que a los Misioneros quedase otro trabajo que el de prepararlos para recibir dignamente estos Sacramentos y el de administrárselo. Habían sido llamados por S. l., y los más habían despreciado esta gracia; llegó el cólera y acabó con casi todos los amance– bados. ¡Justos juicios de Dios! El concurso de los que iban a la misión era siempre muy crecido, pues como se hallaban aterrados sin saber lo que les pasaba a causa de la gran mortandad que producía el terrible azote, sólo en aquel trapiche convertido en iglesia hallaba la desolada muchedumbre algún consuelo a sus amarguras, y sólo allí, con las lágrimas del arrepentimiento, arrancadas por la elocuente voz del Misionero, hallaban los que de pronto habían enviudado o quedádose huérfanos o sin hijos, algún alivio a su orfandad, y esperanza a su desesperación . Lo mismo fué dar principio a la misión que cesar la mortal epide– mia. La fe de estos pobrecitos fué grande y Dios los oyó. Comulg-aron 573 personas y se legalizaron 52 matrimonios . El día 6 se dió fin a la misión ~on la Bendición Papal y la colocación de la Santa Cruz. II Conforme al itinerario que tenían trazado, este mismo día 6, por la tarde, debían partir para dar la misión del partido de la Seiba, colindante con Blanquizal y Manzanillo; mas como el día 5 recibiera nuestro Misionero una orden del señor Lobo, Provisor del Arzobispado, para que sin pérdida de tiempo fuera a unirse con el señor Arzobispo, c;_ue se hallaba solo y falto de operarios, dejando la misión de Seiba, empren– dió un viaje de 60 leguas, que hizo en esta forma. El día 6, después de la Bendición, fné a hacer noche a las Barrancas; el 7 a Baire; el 8 a Palma Soriano; el 9 a Morón y el 10 a