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Sil apostolado en Cuba 179 tros de Dios, de quien reciben la divina misión de enseñar la santa ley, corregir las malas costumbres y abrir el camino del Cielo por toda la redondez de la tierra. A más de que, prescin– diendo de la santa independencia que en estas materias ar– duas tienen de los legítimos Pastores colocados por el Espíri– tu Santo para regir su Iglesia, alguna entrada se le había de dar en ese juicio, por más que los expedientes formados, a que se refiere V. E. tengan el caracter de gubernativos, porque a todo acusado se le escuchan sus descargos antes de condenar- 1le. En esto veo ya palpable la justificación de V. E., que antes de pasar adelante en lo relativo a su incumbencia, ha creído -deber dirigirse al Arzobispo de Cuba manifestándole algunos ,de los principales cargos que resultan. »Así ha tratado V. E. de subsanar del mejor modo posible i0s vicios de que precisamente adolece toda actuación en que sigilosamente se haya procedido contra personas que obran en público y dentro del círculo de sus sagrados deberes, sin ,que se haya acudido en queja contra ellos a su legítimo Supe– Tior, sin darle la más remota noticia del asunto, quedando los acusadores ocultos para mayor impunidad de cualquiera ca– fomnia y habiendo podido llegar el caso de advertirse los pre- 1:luntos de que tales eran reputados, por la imposición de una ¡pena cualquiera, ya sea con el carácter de tal o con el de me– dida precautoria por el bien de la sociedad, sin que hasta este momento crítico se les hubiera hecho entender por concepto .alguno que se residenciaba su conducta, diré mejor, que se les imputaban excesos y se proseg·uía en la averiguación de ilos hechos mismos achacados; y todavía reconozco en el pru– dente proceder de V. E. razones de más trascendencia al en– mendar estos defectos; el carácter de las personas acriminadas, la veneración que se merece la primera Autoridad eclesiásti– •Ca de la Isla que más o menos directamente es atacada en este asunto; el respecto a los derechos de la misma Iglesia, ,que más que otro alguno está obligado a sostener y defender su patrono, el grave escándalo que se seguiría de aparecer ,siquiera en discordia quienes no pueden menos de ayudarse