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Sn apostolado en Cuba 175 »Excmo. e Ilmo . Sr. : »No sería digno de la confianza que S.M. la Reina deposito en mí al conferirme el mando de esta Isla si desatendiese el sagrado deber de vigilar sobre todos y cada uno de los ramos de la administración, y si en cualquier caso dejase de procurar la exactitud de las noticias llegadas a mi conocimiento con referencia a abusos cometidos por los mismos funcionarios del Gobierno en cuya conducta debe refiejarse la de todos los habitantes de esta Isla. »Esta imprescindible obligación me impele hoy a dirigirme a V. E. I. en mi caráctei' de Vice Real Patrono, a pesar de la p rofunda convicción que abrig'o de las altas virtuies de V. E. I. de su caridad y celo eminentemente evangélico y de su cons– tante afán y trabajo para rn.origerar las costum::ires públicas y para hacer entrar a los eclesiásticos extraviados en la senda de las ,buenas doctrinas, que; por desgracia, olvidaron algu– nos . »Varios son los hechos que nuevamente se han ido aglome– rando en este Superior Gobierno y que forman un conjunto por demás desagradable,· cuyo cuadi>o empaña, si no rebaja , el mérito de la misión que V. E. I. dirige en esta Diócesis . Un celo extraviado puede ser la causa de' muchos males; aun así sus consecuencias no serán menos trascendentales al orden público que si tuvieran su orig'en en otra todavía más repa– rable . »Aparece del expediente que tengo a la vista, instruído en el territorio de la Real Audiencia de Puerto Príncipe, y que ésta me ha remitido, que el Misionero Fray Esteban de Adoain ha empleado en Cauto el Embarcadero, jurisdicción de Ba– yamo, medios de coacción en apremio de la celebración de matrimonios entre personas que juzga amancebadas y que los ha realizado entre las di versas castas, no sólo sin el asenso de los mayores, sino contra su expresa oposición: que ha come– tido el abuso de librar órdenes a los cabos de ronda, unas veces con la firma de su nombre y otras con el dictado de «El Capuchino», con que es generalmente conocido; que tanto