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CAPITULO IX Su apostolado en Cuba (1852) l. Misión de Cauto el Embarcadero. Prevención que había contra el Ca– puchino.-II. Misión del Dátil.-III. Misión del Horno.-IV. Misión ele la Parroquia de San José ele Guisa.-V. Misión ele Gig'uani. El có– lera en Giguani. El Siervo de Dios asiste a los apestados. Gran mise– ricordia de Dios con los amancebados.- VI. Misión del Jarey. Perse– cución contra el Capuchino. Le defiende el P. Claret.- VII. Triduo a la Divina Pastora en Bayamo. Misión de Santa Bárbara. Mirada retrospectiva. I El día 11 de Septiembre, nuestro intrépido Misionero, des– pués de tarminar gloriosamente, como queda referido, la mi– sión de Bayamo llegó para dar una misión a Cauto el Emcarca– dero, uno de los Partidos pertenecientes a la Pal'roquia de Baya– mo, distante de esta ciudad 7 leguas. Este partido torr.a su nombre del río Cauto, el más caudaloso de toda la Isla y tie– ne cinco Cuartones, que son: San Telmo, Corralito, Cayarnas, Guamo y Yobado, con una población en aquel tiempo de unas 3,000 almas. Los del Yobado no asistieron a la misión, pues desde este Cantón al sitio donde ésta se daba había una distancia de 24 leguas. Ninguno de los Partidos en que había predicado, se encontró tan prevenido y predispuesto en con– tra de la misión y de los Misioneros como éste, siendo la cau– sa el que el infierno tramó mil ardides para desacreditar a los Misioneros, singularmente al Oapucliino, pues con este nom– bre era conocido el P. Esteban. Los malévolos, los impíos y los perversos, que erar. sus encarnizados enemigos, propalaban que los Misioneros iban allí en busca de oro y plata; que el Capuchino había pertene-

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