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146 Vida del P. Adoain compañero y siguió haciéndolo hasta el 26. El último ::lía de la misión, es decir. el dia29, hubo Comunión general, que fué muy concurrida. habiendo pasado de 6.000 almas las que comulgaron en las tres comuniones generales que se hicieron durante la misión; se celebró la función de despedida y dió la Bendición Papal el Señor Arzobispo. A pesar de las oposiciones que hubo en esta ocasión por parte de determinadas personas. el pueblo en masa se enfervorizó, y bien lo manifestó cuando el celoso Pastor se despidió desde el púlpito de sus amadas ove– jas, pues se conmovió tanto el inmen~o auditorio, que llenaba las naves del templo, que prorrumpió en un llanto y clamor general, de manera que se hizo preciso que los Misioneros a voces calmasen los ánimos y acallaran a la multitud. El día l. º de Septiembre salió el Señor Arzobispo con dirección a Santiago de Cuba; esta ciudad había sido muy castiga¿a con los terribles terremotos de los días 20 y 21 de Ag·osto, y como todos sus habitantes no cesaban de suspirar y de clam2.r por la presencia de su Prelado, accedió a sus deseos y se pi:.so en marcha, a fin de consolar a tantos afligidos, dejando en Baya– mo a nuestro P. Esteban , a su Gompañero y a su Secretario de Visita, D. Felipe Rovira, para acabar de recoger todo el fruto de la misión. Aunque los terremotos no se dejaron sentir en Bayamo sino como ligeras trepidaciones, que pasaron inadvertidas para muchos, con todo, como en la capital había producido tantos estragos, determinaron celebrar un Septenario de Dolo– res con sermón, y por la mañana misa, con meditación a fin de implorar auxilio y protección en tan grave necesidad; y fué tan grande el concurso de esta que podríamos llamar segunda misión, que por la mañana en la misa más bien parecía que era un acto de la misión que una simple misa, y por la tarde . llenábase la iglesia y la plaza de lo más selecto de toda la ciudad. Los Siete Dolores cantados a la Divina Pastora era lo que más electrizaba a los fieles devotos. Acordaron instruir a los niüos y niñas y prepararlos para celebrar la Comunión general el día de la Natividad de Nuestra Señora, y fué tal la