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132 Vida del P. Adoain cayó en manos de la justicia, y herido le llevaron al hospital; pidió allí confesarse y nuestro Misionero lo confesó. El ::;eñor Arzobispo fué a verle, y no hacía más que lamentarse diciendo: «¡Oh, si yo hubiera seg·uido el consejo de V. E. I.! » III El Partido de Guá pertenecía a la parroquia de Bicana. :Jesde el día 7 en que. como hemos dicho, nuestro Misionero marchó a Manzanillo acompañando a S. I., estuvo seis días completr.– mente atareado en el confesonario por la mucha concurrencia de gente. El día de Corpus hubo Comunión general, C•)mul– gando más de 1,000 personas, y el domingo siguiente se hizo la proce3ión del Corpus con el aparato y grandeza posibles, entoldando todas aquellas calles por donde había de ser con– ducido su Divina Majestad. El total de personas que se confesaron durante la misión de Manzanillo, fueron unas tres mil, y los matrimon~os de amancebados, 300 poco más o menos. El día 13 embarcóse ele nuevo acompañando al señor Arzobispo, llegando para el día siguiente a la parroquia ele Bicana, en donde S. I. se quedó dando misión, y él pasó con su compañero a dar al mismo tiempo la misión del Partido de Guá, que dista seis legrns de la Parroquia. Este partido era sumamente extenso, pues tenía diez cuartones; uno de ellos distaba de la Capitanía doce leguas, teniendo poco más o menos la extensión de una Diócesis de la Península. Escogió para dar misión la casa del Capitán del Partido, Don José Vicente Labrada, que fué convertida en iglesia provi– sional, por ser el lugar más a propósito para que pudieran asis– tir todos coíl menos incomodidad. Dicho Capitán 'envió orden a todos los Cabos para que citasen a sus respectivos distritos a la misión, y así se hizo. Aunque por la mucha distancia que había de las casas de campo en que vivían hasta el lugar de la misión, era de temer que no pudiera empezarse la misión el día 15 de Junio, como ellos deseaban, no fué así, porque

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