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114 Vida del P. Adoain easa, pues los que estaban cerca acudirían al toque del fócu– lo o caracol, que, como hemos dicho otras veces, era el instru– mento de que se servían aquellos cubanos para llamar a la gente; de este modo se reunió el pueblo y empezó la misión. Aunque la humildad de nuestro celoso Apóstol oculta cau– telosamente en sus Apuntes, en esta y otras misiones, cuan– to pueda ceder en su honra y estima, por los resul:ados de esta misión podemos conjeturar la grandeza de su celo. En solo seis días que estuvo en este punto, confesó y dió la comunión a unas 90 personas, todas las del Cuartón, menos dos o tres ancianos que no pudieron hacerlo, y catequizó a los niños y niñas para hacer una buena confesión y comunión. De los amancebados, el primero en presentarse al Misione– ro y en proclamarse para contraer matrimonio, fué el Je:"e del Distrito, y para el día sig·uiente, en que se leyeron las procla– mas del Cabo, se presentaron todos los otros amancebados, en número de 13, saliendo todos de su mal estado mediante un legítimo matrimonio. El día 31 se celebró la comunión de las personas mayores, y el día 1 de Abril la de los niños, después de la cual se erigió la Cruz de misión entre la casa y el cami– no real que conduce a Sagua, dando fin al acto con la B endi– ción Papal. Se repartieron profusamente diversos objetos de devoción; quedaron también muy animados para construir una ermita, a fin de poder gozar todos los años de los consue– los que proporciona la religión, y el Señor Cura les prometió que practicaría las diligencias necesarias para ello, y qu:3 po– dían contar con su ayuda. Satisfecho de tan prósperos resulta– d.os , volvióse inmediatamente a Mayari a unirse a su compa-– ñero y celebrar la Semana Santa, como queda referido. V Cerca de un año llevaba nuestro infatigable Misionero dando continuas misiones, una tras otra, como han visto nuestros lectores, cuando el Sto. Arzobispo Claret, como solí– cito Pastor, no sólo de sus ovejas, sino también de sus envia-