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110 TTida del P. Adoain gente, está dicho todo; de este dato podrán inferir en qué estado se halla esta Parroquia y lo que puede esperarse de ella.» El Comandante, que se hallaba presente, confirmaba todo cuanto el Cura había dicho. Mas como nuestro Misionero había experimentado tantas veces el atractivo y la eficacia de la gracia de Dios en sus misiones en pueblos aún peores o tan indiferentes como Mayari, tenía tal confianza en el resultado de la Misión, que como si viera lo que había ele suceder, les dijo por toda respuesta esb:i.s concisas palabras: «Dentro de poco verán ustedes lo que es la Santa Misión.» Y en efec to , así sucedió; lo mismo fué divulgarse la noticia de la llegada ele los Misioneros, que despoblarse todo Mayari para asistir a lu misión, de manera que la primera noche, esto es, la misma noche del 26, se llenó la iglesia; la seg·unda, siendo ésta insufi– ciente, tuvo la gente que acomodarse fuera, y a medida que iba extendiéndose la noticia por las casas de campo, iba también creciendo el concurso con no poca admiración del Señor Cura y del Comandante, que casi no daban crédito a lo que veían. Pero esta admiración subió de punto cuando vieron que el primer Domingo ele Cuaresma, que era el cuarto día de la misión nada más, había un concurso de dos o tres mil almas entusiasmadas y llenas de santa alegría por el beneficio de la misión. Los amancebados debían ser los que con más ansia desea– ban la Santa misión, pues fueron los que más se aprovecharon, corriendo a presentarse a los Misioneros para ser proclamados, como el ciervo sediento corre a las aguas; tanto es así, \.ue en la cuarta y quinta noche de la misión, después de haber predi– cado un sermón de una hora. tuvo que leer más de l 00 amo– nestaciones matrimoniales ele amancebados, lo cual fué causa de que bajase del púlpito completamente rendido y desvane– cido de la cabeza. Es la única ocasión en que manifie~ta en sus apuntes haberse cansado en los trabajos de su ministerio apostólico, a pesar de haber sido tan grandes en todas sus misiones. En vista ele las buenas disposiciones que veian en