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100 Vida clel P. Adoain ma, bien pronto fué sacando de los bosques aquellas ovejas per-– didas, conduciéndolas a oir la divina palabra de su Hijo Jesüs. Al principio hubo algo de dureza y hasta rebeldía en algunos ;. pero estos mismos fueron después los apóstoles de los otros. Cuando se predicó el sermón de la muerte, sin saber cómo, se oyó un llanto simultáneo en todo el auditorio, que no dejaba percibir más que estas palabras: ¡Misericordia, perdón, Dios mío! Desde aquel momento se vió una gran transformación en todos; todos corrieron a casarse, a confesarse arrepentidos de sus culpas, Por los efectos se conocerá que esta misión ha sidc► bendecida. por el Pastor de las almas. En dos veces se hicieron como unas 500 comuniones . Se celebraron 68 matrimonios de amancebados. Pero cuando se vió y observó el fruto de la misión fué el último día. Avisados que el día 4 por la mañana se celebraría la última Comunión , y que por la tarde se daría la bendición de la Santa Cruz y la Bendición Papal, acudió no sólo del Partido todo, sino de otros puntos numerosa concurrencia; comulgaron aquella mañana 213 personas y por la tarde pasaban de 500 los que asistieron a la función . La Santa Cruz se llevó en procesión, cantando las letrillas de la Pasión , y en medio de tan sentido canto, se colocó en el camino real , para perpetua memoria de las mise– ricordias del Señor. Predicado allí mismo el sermón de despe– dida y dada con el Santo Crucifijo la B endicio'n Pap al al pue– blo, éste se retiró a sus casas con el mayor orden. Como buen Misionero Capuchino, era clevotísimo ele la Divina Pastora, Patrona ele nuestras Misiones; en todas ellas llevaba su estandarte, y como consta por sus apuntes, el mis– mo Arzobispo de Cuba, Claret, le regaló un hermoso cuadro de María Santísima, bajo la advocación ele Pastora de las almas, c:iadro que continuamente llevó en sus Misiones, no sólo en Cuba, sino también en la República de Guatemala, y aun creemos que era el mismo que llevaba en las que en sus últimos años dió en la Península.