BCCCAP00000000000000000001226

Su apostolado en Cuba 97 --------- separación, conforme al criterio de su Santo Prelado el Padre Claret, porque se había introducido el abuso ele que las auto– ridades civiles no consentían que contrajera matrimonio un español cualquiera, aunque fuese un simple ranchero, con una negra o mulata, al paso que se consentía que cualquiera, así fuese Conde o Marqués, estuviera amancebado con una mujer de color, lo cual no era sino una falsa interpretación, o mejor dicho, un abuso de la Ley de Indias, en virtud de la cual no podían contraer matrimonio los blancos de notoria nobleza con mujeres de color, sin haber aquéllos obtenido antes el consentimiento de sus parientes. Como estaba tan arraigado este abuso, no se podía luchar ele frente con'tra él sin atraerse los odios de los que disponían del poder, y por esto, sólo aconsejando la separación podía por entonces reme– diar la triste situación que se habían formado aquellos infelices aunque algunos de ellos, deseaban vivamente casarse para salir de su mal estado y arreglar sus conciencias, pues el sepa– rarse no les era posible a muchos . La misión se dió en casa del citado Capitán, por ser el punto más céntrico. Puede decirse que, aunque pequeña, fné la más completa de toda~ las que se dieron hasta aquí, porque en los días que van del 7 en que empezó, hasta el 11 en que termi– nó, se hicieron unos ocho matrimonios, se unieron todos los divorciados, se confesó todo el Partido y comulgaron ochenta personas, siendo el primero en hacerlo el Capitán. Fué tal el fervor de los habitantes de Filipinas, que los que se hallaban a siete leguas por la costa eran los primeros en asistir a los piadosos actos . El día 11 por la mañana , en que se dió la .Bendición Papal, acudió gente del Partido del Ramón. IV Terminada ésta , empezó el día 12 la misión de Guantánamo, llamada así porque se dió en una hacienda de cría ll amada Guantánamo, propiedad de las Señoras de Creas, cuyo mayo- 1

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz