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Vida del P. Adoain de nuestro incansable misionero. De aquí volvió a Morón y de Morón salió el día 30 de Setiembre para la misión de Ti-Arriba, pueblo que distaba once leguas de la Misión anterior. Estando aún el P. Esteban en la misión que acabamos de relatar de San Juan de Buenavista, envió un oficio al Sr. Cura del pueblo de Ti-Arriba avisándole que como enviados del .Señor Arzobispo pasarían a dar una misión en su Parroquia después ele conclufr la que estaban dando. La contestación fué decirle que la pobreza en que se hallaba no le permitía enviarles cabalgaduras para el viaje, que no tenía habitación donde hospedarlos, que no podía costear el sustento de los misioneros durante la misión, y , finalmente, que la iglesia se hallaba en tan mal estado, que estaban para derribarla. Así em– ,pezó esta misión con dificultades que partían de quien más favor y auxilio debía prestar, lo cual hizo sospechara nuestros Misioneros que había alguna prevención contra la misión, y no se equivocaron. A pesar ele esta contestación, como nuestro experimentado Misionero conocía el poco valor de estas difi– cultades, marchó a Ti-Arriba, a donde llegó el mismo día 30 a las dos de la tarde. Presentóse al Señor Cura, manifestándole -el objeto de su ida, que no era otro que el expuesto antes por escrito, y que aquella misma tarde querían dar principio a la Santa Misión. Así se hizo, y dada la seüal con las campa– nas. acudió el primer día solamente el casco de la población, y rezado el Santo Rosario, se abrió la Misión. Al día siguiente -enviaron al Capi tán Pedáneo del Partido llamado D. Pedro Videán un oficio en el que le daban cuenta de su llegada, del fin de la Misión y de la necesidad que tenían de su ayuda y cooperación para poder arreglar y desterrar tantos escándalos -conforme a la orden que tenía dada el Gobierno de Su Majes– tad a todos los Pedáneos. Mas él contestó «que no habiendo -tenido del Gobiemo instrucción alguna sobre su llegada y visita al Partido de su jurisdicción, no podía hacer nada en -obsequio de cuanto los Misioneros le suplicaban hasta tanto -que le presentasen la orden del Gobierno, de quien la debía ,recibir para poder prestarles el apoyo que le suplicaban. >>
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