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la muerte del Santo. San Antonio murió un viernes, 13 de junio de 1231, en Arcel!a, distante un cuarto de hora de los muros de Padua, en un convento de monjas de Santa Clara, donde habitaban tam– bién dos frailes Menores que les decían misa y dirigían su espíritu, El martes siguiente fueron tras– lad~"cios sus restos a Padua solemnísimamente y ta– les y tan estupendos milagros obró en ese día que ninguno de los que le invocaron quedó desaten– dido. Por eso los fieles le prefirieron y comenzaron a invocarle en martes y no en viernes. ¿FUERON TRECE LOS MARTES DEDICADOS A SAN ANTONIO DESDE RL PRINCIPIO?-Los devotos comenzaron a dedicarle UNA NOVENA; o sea, NUE– VE MARTES, consecutivos, costumbre que se pro– pagó mucho por efecto de un milagro. Vivían en Bolonia dos esposos, que llevaban 22 años de ma– trimonio sin haber tenido sucesión, motivo por el cual andaba algo turbada la felicidad ' doméstica. Atribulada la esposa acudió suplicante a San Anto– nio, que se le apareció en sueños y le dijo: «Visita nueve martes mi imagen en la iglesia de San Fran– ci3co, recibe en ellos los Sacramentos y verás tu anhelo cumplido>. La pobre mujer dio a luz, pero un hijo feo y contrahecho. Volvió a recurrir al Santo con fe y constancia, colocó al niño sobre las gradas del altar y rogó con ahínco y lágrimas que completara tan maravilloso beneficio. Consi– guió la mujer lo que apetecía. Volvió el niño a sus brazos completamente enderezado y hermoso. Este milagro hizo extender de manera prodigiosa -5-

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