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entonces comenzó el vulgo a llamar a aquel día, que era martes, de mal agüero y aciago. Y Zurita, en sus ANALES DE LA CORONA DE ARAGON, lib. III, cap. 100, Jo refiere así: «Llega– ron a Luxen los nuestros muy cansados y fatiga– dos del grande calor que hacía; y a vista de Luxen descubrieron los enemigos que eran quinientos de a caballo y tres mil de a pie; y tuvieron con ellos una muy brava batalla, y fueron los nuestros ven– cidos, y murieron D. García Ortiz de Azagra y un hijo de D. Bernardo Guillén de Enlenza, y tanta gente de a caballo y de a pie de Játiva que quedó aquella Villa por este destrozo muy yerma; y por esta causa, según Marsilio escribe, se decía aun en su tiempo, por los de Xátiva, EL MARTES ACIAGO. Impresionado Don Jaime por esta derrota, entre– gó el mando del ejército a su hijo Don Pedro, en– comendándole la prosecución de la campaña, y él se retiró a Algecira (Alcira), y, agravado de su dolencia, se trasladó a Valencia, donde entregó su alma a Dios el 27 de julio del mismo año de 1276. Tal fue el hecho que ha dado lugar a la gene– ral preocupación, que aún subsiste en España, de considerar a este día de aciago; y consecuencia de ello es, sin duda alguna, la consabida frase «en mar– tes ni te cases ni te embarques». Los devotos han roto con esa puerilidad, dedicando los martes a San Antonio. ¿ES MUY ANTIGUA TAL COSTUMBRE? - Anti– <¡\IÍsima, Comenzó el PRIMER MARTES después de -4-

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