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-.,.. hermanos: hacedlo, pues, aunque os cues– te grandes sacrificios.» (San Antonio.) La Iglesia nuestra Madre ha declarado que San Antonio se halla en los cielos; y él nos lo demuestra con continuos prodi– gios. ¿ Y cómo no había de ser así? ¿A quién mejor que a él habrá podido decir el Señor: ven, bendito de mi Padre, a po– seer el reino que tengo preparado, porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me sanaste, encar– celado y me visitaste... ? San Antonio fue un Santo que oraba; pero, sobre todo, un Santo que obraba. Aprendió del Divino Maestro el Padrenues– tro, pero sobre todo las obras de misericor– dia del sermón de la Montaña. Por eso es grande en el Reino de los cielos. No son los cirios, ti los lirios benditos los que nos han de salvar, sino la imita– ción de las obras de San Antonio. Y a ve– ces parece que lo olvidamos. No del que dice Señor, Señor... ORACION (Para dar gracias después de recibida ,aa gracia pedida en la Novena.) Glorioso Taumaturgo San Antonio, pa– dre de los pobres y consolador de los afli- - 52 -

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